martes, 26 de octubre de 2010

"EL MAESTRO JARDINERO V".


“El Maestro Jardinero”.

Capitulo V.


¿A que profundidades debía escarbar dentro de si mismo para saber como era su Tierra Interna?
Dura tarea la de saber como trabajar y que hacer en si mismo; ya estaba comprendiendo muchas cosas que por años le embargaban el corazón y su Intelecto. Ya se había dado cuenta de ello y ahora surgía una Luz de esperanza e Iluminación.
Como buen jardinero comprendió que debía empezar por lo que estaba sobre la tierra; es decir; a la vista y no empezar a escarbar a las profundidades, ya que a lo mejor lo que estaba a la vista era lo mismo que estaba en las profundidades y así decidió ver como actuaba frente a los demás en el aquí y ahora.
Eso era importante; el no vivir en el pasado y ni en el futuro; sino; aquí y ahora.
Tomo su pala y de momento en momento veía lo que aparecía en su accionar.
Descubrió su Pereza, la gran enemiga de su despertar; la que le desviaba de sus practicas, de su observación y de las triquiñuelas que esta usaba para no permitir que él estuviera atento en el aquí y ahora.
Se dio cuenta de las Justificaciones que aparecían para disculpar su falta de concentración, constancia, perseverancia y actitud de atención y de como eran desviadas de una y mil maneras para mantenerlo Dormido y quieto en su accionar.
Cuanto tipo de malezas hay en la superficie que impide que florezcan las plantas, las flores y los aromas exquisitos de los perfumes de las Virtudes.
Se dio cuenta del hecho de agradar a sus semejantes y de ser complaciente en lo que ellos le pedían o solicitaban que iba en contra de sus aromas internos.
Dar en el gusto a costa de lo que el sabia que era lo correcto a su corazón, fue lo primero que se propuso cambiar. Aun sabiendo que se quedaría solo o sin amigos. Pero su corazón lo impulsaba con ese calor de energía superior.
Sabía que las piedras lanzadas por sus semejantes eran solo eso, piedras que podían ensuciar su terreno e impedir que florecieran sus preciosas plantas; entonces ¿por qué permitir esa invasión?
¿Por qué permitir que sus semejantes le obligaran a cometer errores, vicios o costumbres equivocadas, solo para satisfacerles y no quedar solo?
Tomo su pala y con gran decisión se propuso limpiarse de todo eso y de eliminar toda escoria de su Tierra Interna.
Costumbres familiares, de amigos, de la sociedad en si; religiosas, filosóficas y hasta de dogmas y enseñanzas erradas, descubrió.
Se propuso Renunciar a todo tipo de errores externos y sus acciones, Causas y Consecuencias.
¿Por que apoyar a las sandeces que le decían sus semejantes y a las cosas que debía hacer, solo para satisfacer momentos estupidos y tontos? Descubrir eso y realizarlo trae consigo dificultades y dolores, pero el adolorido es ese conjunto de piedras, malezas que constituyen el Interior y si se eliminan ¿A que temer?
¿Es acaso importante no perder un amigo que lo conduce a uno por sendas espinosas, que caminar en la Libertad de las Virtudes?
Se dio cuenta que solo le bastaba girar y caminar en otra dirección para apartarse de aquello y sentir la suave brisa y aroma de la quietud y paz. Bastaba con apartarse en la Comprensión de sus errores para ser libre y no sufrir el dolor de la soledad.
Era tan simple sacar una piedra y arrojarla, que hasta se reía de su simple accionar, solo era cuestión de comprensión, solo una chispa de comprensión.
“El Jardinero con dos simples dedos, arranca una maleza y la arroja a la tierra y el SOL con su Fuego la seca y la Quema reduciéndola a la nada”.
Era tan simple su accionar que se reía, reía, reía.

Paz Inverencial
maeseanonimus

viernes, 10 de septiembre de 2010

"EL MAESTRO JARDINERO IV".


“El Maestro Jardinero”.

Capitulo IV.

Una sonrisa se esbozaba en sus labios, era una sonrisa que provenía de su interior, de su ESENCIA.
Una sonrisa llena de la frescura del aire Interno que emanaba del ESPIRITU, su SER.
Recién estaba comprendiendo las sabias palabras del anciano cuando le dijo: “Serás el jardinero del Templo y cuando plantes una Flor serás libre y te podrás marchar”.
Y sin embargo habían pasado muchos años y había plantado muchas flores. Solo recién había comprendido.
Solo había escarbado hacia fuera, hacia la tierra.

Fue entonces cuando tomo la “pala”, aquella herramienta que le había producido grandes dolores en sus manos cuando empezó a usarla, que se dio cuenta de su utilidad como herramienta psicológica; pero que no solo le acarrearía dolores físicos, sino, dolores morales y del ALMA.

Ya Maestro, le decía al anciano cuando creía que había cumplido su labor y el anciano como indiferente, sin identificarse le repetía “Debes remover mas, dar vueltas toda la tierra y sacar todos los gusanos e inmundicias”. Y partía en el silencio, aquel silencio propio del anciano indiferente, pero radiante de LUZ.

“La Auto-observación de si mismo solo es posible conscientemente cuando se escarba minuciosamente con el sentido de la autocrítica, EL PICO O PICOTA, y la atención dirigida al interior mismo de la psicología sombría sacando de ella lo sobrante con la pala de la COMPRENSION”.

“El trabajo de preparar la tierra interior es arduo, extenuante y requiere de perseverancia, voluntad, decisión y de estar dispuesto a sufrir los dolores de dejar los guijarros, los gusanos y las malezas sombrías del ego”.

Es lo que hay que hacer si se quiere plantar una FLOR.

Paz Inverencial
maeseanonimus.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

“El Maestro Jardinero III”.


“El Maestro Jardinero”.

Capitulo III.


Toda Labor requiere de un aprendizaje y una Comprensión; si no hay la suficiente Comprensión todo puede salir mal o lento o en la dirección contraria a la que se quiere llegar.
Por instinto el ser humano siempre quiere realizar las cosas en el apuro de su ignorancia y en la fe ciega de sus creencias.
No comprende que la Naturaleza misma tiene Estaciones, Rotaciones y Traslaciones.
Siempre partimos del invierno; del espiritual; en que estamos alejados del SOL, estamos en las tinieblas o en las nieblas de nuestro propio Interior, alejados de las Luces de la sabiduría de nuestro SER. Estamos en la Estación Fría de nuestra psicología, en la estación húmeda de nuestras ignorancias y de nuestros errores, estamos en la humedad de la Fornicacion.
Estamos bajo el alero de las tormentas de la Ira, la Codicia, etc.
Estamos muchas veces sumidos en los truenos de la decidía, del fanatismo y bajo los rayos del dogmatismo, estamos en la Estación que nos aleja de nuestro SOL.
Muchas veces en estos inviernos nos oponemos a esos pequeños rayos que de vez en cuanto tratan de iluminarnos y calentarnos. Hacemos sombras que impiden que lleguen esas fuentes de calor a nuestra tierra en nuestro interior.
Cae la nieve, todo se transforma en hielo y el frío circula. Pretendemos arroparnos con todo tipo de trajes; pero siempre son equivocados o inadecuados; no tenemos las riquezas o maneras de adquirir lo correcto o verdadero que nos abrigue y quite los fríos intensos de la soledad, la angustia y el olvido de estar en paramos sombríos.
Pretendemos adquirir las Virtudes con los fríos deseos de las codicias, las vanidades y de mostrarlas con el orgullo.
No tenemos las riquezas internas de la Consciencia, la Comprensión y las virtudes del Alma.
Estamos en el invierno de nuestra psicología.


Sentado meditaba el jardinero y en cada inhalación recibía el aire que emanaba de su interior, la sutil fragancia del SOL.
Estaba alejándose del invierno que lo había tenido sumido en tal estación.
Si; el alejamiento es CONSCIENTE; no es en la mecánica, ni en el tiempo; es en el Traslado psicológico de la ESENCIA ha estados superiores. Es en el cambio de rotación de la noche profunda de la ignorancia, al día del Despertar y del saber.
Al día de DIOS.

Paz Inverencial
maeseanonimus.

martes, 31 de agosto de 2010

"El Maestro Jardinero II"


“El Maestro Jardinero”.

Capitulo II

Desde pequeños nos encontramos en variadas disyuntivas y encrucijadas que a veces son simples y fáciles de trasponer.
Sin embargo nos quedamos atrapados entre las simplezas engañadoras de las ilusiones fáciles; pero que son malezas, enredaderas y trampas.
Buscamos la satisfacción externa de nuestra profesión, aquella que sea la que satisfaga nuestros anhelos y deseos; la tradición, las costumbres y lo igualitario a los demás, a nuestro alrededor.
Todo hacia fuera, hacia el mundo. Todo hacia lo externo, todo en satisfacción de adquirir, todo en la necesidad de confort, de riqueza y grandeza común.
Todos nos indican esos caminos, todos nos señalan y todos nos dicen como andar; nos coartan la Libertad, nos coartan la felicidad.
Y por hábitos, costumbres, les seguimos y caminamos como todos; con los pasos del Orgullo, la vanidad, la Ira, la Codicia, etc.

La Tierra Interna con su basamento en el bajo vientre es la que hay que purificar, remover y Limpiar.
Todo Jardinero sabe que eso es lo primero que hay que hacer, “La Preparación del Terreno” y en el caso del Jardinero Interno no hay diferencia en esta Labor; Tal como es adentro es afuera.

“Sentado sobre la Piedra, comenzó su Labor, ya que antes de hacer lo que hay que hacer, es necesario saber, aprender. Observo con detenimiento y calma, con esa calma que lleva a la comprensión. Se dio cuenta que no solo el trabajo consiste en la labor propiamente tal de remover la tierra; sino que vio lo que hay sobre la tierra; las influencias externas.
Esta la LUZ y las Sombras, el Día y la Noche, el Calor y el frío, la Humedad y la Sequedad, el viento y la calma, la lluvia, el trueno y el relámpago. Están los animales que pastan y se alimentan, que pisotean y ensucian; esta el ser humano que pasa y destruye, construye y desordena según sus hábitos, costumbres y deseos.
En fin, estaba el mismo en observación y comprensión del proceso. Se dio cuenta que el no era ajeno al problema, ya que el influenciaba y recibía a la ves las influencias externas como la internas de lo circundante. Era el exterior, era el interior, era la Tierra y era lo de alrededor; era el jardinero, pero también era el terreno y la planta, era uno en el todo y todo en el uno, vaya labor.
El era el de afuera, pero producía sombras, daba pasos y dejaba huellas. Tapaba brisas, se oponía a los rayos solares y a la vez de ellos mismos se cubría. Recibía las Aguas que le estilaban y escurrían, sentado sobre la Piedra meditaba y comprendía.

Paz Inverencial
maeseanonimus.

sábado, 28 de agosto de 2010

“El Maestro Jardinero I”.


“El Maestro Jardinero”.

Capitulo I.

Sentado sobre una Piedra meditaba en la Paz que sabia que le orientaría y enseñaría. Relajado en su propio silencio auscultaba el centro de su pecho con mirada Secreta.
Era su primer Trabajo en su nueva labor; aquella que sentía que era su profesión.
Le habían mostrado el terruño y a la vez las Herramientas de su nueva encomienda, plantar una Flor.
Tomo aire, de aquel aire que esta dentro de si mismo, de aquel aire que emana del Espíritu, de aquella refrescante emanación Divina y se embriago de tan sutil fragancia.
Así, en ese estado de reflexión profunda se dispuso a laborar.
Primera tarea observar la tierra; BASAMENTO DE SU LABOR.
¿Como era, como se encontraba, cual era su calidad, era dura, suave o estaba húmeda, seca y con mucha porosidad? era lo primero, conocer en donde plantaría la bella planta de su nueva labor.
Era la época en que el SOL estaba alejado de la Tierra, en que las sombrías nieblas todo lo cubrían y un bao de miedo lo rondaba a su alrededor.
Era espesa y a veces su rocío mojaba mucho e inundaba el alma y el corazón.
Era lo primero, miro con desazón, pero con la fuerza en su alma y corazón del aire interno que llego a su interior.
¿Que seria de el sin esa sutil fragancia? Comprendió que en divina unión debería hacer su Labor.
Para comprender miro con atención.

La Tierra debería remover, sacar lo que estaba de más, así lo comprendió, para eso le habían entregado una pala y un azadón un pico y un regador.
Había piedras, guijarros, gusanos, inmundicias, hierbas malas y un fuerte hedor. Preparar la tierra era su labor.
Debería escoger el sitio, orientado hacia el SOL, en donde ninguna sombra hiciera daño a tan preciosa flor.
¿Pero como hacerlo si la sombría niebla todo lo cubría y no se veía ningún rayo de SOL?
Debes confiar en tu corazón que con el veras el SOL.
Miro a su alrededor y se dio cuenta que la bruma era solo eso bruma y que un simple rayo de sol la disiparía y alejaría de su alrededor.
“YO SOY EL FUEGO SAGRADO DE MI SOL” dijo y la bruma comenzó a sentir su calor y la LUZ brillo a su entorno de ilusión.
“YO SOY EL FUEGO SAGRADO DE MI SOL” y donde yo plante iluminare con AMOR; por que SOY EL FUEGO SAGRADO DE MI SOL.
Tomo pues la Tierra y comenzó su labor.
Hundió la pala y sintió la herida y el dolor que produjo tal acción.
La tierra se resiste ante tal envión.
Nueve estratos debía escarbar.
Nueve estratos o dimensión.
Y era solo una planta; vaya labor.
Tomo el pico y se puso a escarbar.
Golpe tras golpe la tierra comenzó a ablandar
Y con sus manos guijarro tras guijarro se puso a sacar.
Eran duras piedra de su pensar, guijarros de colores hechos en su andar.
Fantasías de gemas, Gemas de fantasía de su andar
De tiempos idos, de deseos incumplidos, de sueños, de vanidad.
Guijarros, guijarros, guijarros de su andar que debía desechar.

Paz Inverencial
maeseanonimus.